Carta para ti.
- MASG
- 10 feb 2016
- 2 Min. de lectura

Mucho tiempo critiqué fuertemente a aquellas mujeres sumisas que mantenían una relación con una persona machista. Como es posible salir con alguien así, ¿dónde quedas tú?... ¿Cómo era posible que en la actualidad la igualdad de género se encuentre tan lejana a la realidad? Pero todo eso cambio hasta hace 2 meses, cuando me vi envuelta con una persona así.
¿Cuál fue el problema? TODO. No teníamos nada en común, siempre desconfiaba de mí y hablaba mal de todas las mujeres, no me respetaba ni él mismo se respetaba, recibía dosis diarias de malas palabras e insultos, constantes quejas de todo, decía que pensar tanto me iba a volver loca, que solo hacia tonterías y que para qué estudiar tanto. Se la pasaba observando el exterior y nunca pregunto cómo me sentía. Toda la culpa la tenía yo y argumentaba que él siempre me trataba bien y simplemente era yo la que no lo quería. Me jaloneaba cada vez que podía, tenía moretones constantemente en los brazos.
Todos, quienes sabían de esa relación estaban a favor de alejarme de él. No existía un mínimo motivo para seguir con alguien que no hizo más que hacerme sentir mal, inclusive llegue a creer que la del problema era yo y por eso hacía él lo que hacía.
Pero él se encargaba de mentir tan bien, juraba un amor eterno, decía que yo era especial, que siempre sería su gran amor; y yo le creía. Confié demasiado en él, otro gran error. Sin embargo no logró obligarme a hacer cosas que yo no quisiera. Y no quería porque dentro de mí sabía que algo no estaba bien, no me nacía un sentimiento puro de amor que lograra quererlo a pesar de todo. En conclusión terminamos, pero sin embargo lo extrañaba. Después de esa primera ruptura, pasaron 8 días para volver, una coincidencia porque ni siquiera me buscó. Nuevamente se repitió todo y terminamos definitivamente. Lo que me da mucho coraje es saber que yo no fui capaz de alejarme de algo tan tóxico para mí; él comenzó a salir con alguien más a los días siguientes y sin embargo aún me mandaba mensajes tontos de amor, fue ahí cuando me di cuenta que debemos creer y hacer caso a las señales. Saber y aceptar que fue él quien me mando a volar primero no es tan fácil. Perdí mi propio amor, respeto y dignidad ¿y todo para qué?
Ahora sólo me queda borrar sus gestos de mi cara, aprender de mi error, y no volver a juzgar más a quienes también caen en eso. Me consideraba súper feminista y miren en lo que me convertí.
Te agradezco tanto tener la experiencia de salir con lo peor del mundo y conocer que a veces no somos tan fuertes como pensamos, que somos seres dependientes y que enamorados nos volvemos más tontos.
Aprendamos de los errores de los demás, no es necesario cometerlos personalmente, así que te presto el mío como experiencia.
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