No pasa nada.

¿Cuantas veces nos hemos detenido a respirar a sentir nuestro alrededor, a escuchar el mundo que nos rodea. A darnos cuenta de lo que somos y de lo que tenemos? Yo lo hice hoy y fue maravilloso.

La mayoría de las ocasiones somos tan egoístas con el mundo, que solo estamos pensando en nosotros mismos, en lo que ya paso y peor aún en lo que aún no pasa. La mayoría de nuestros pensamientos son sobre problemas, problemas que a lo largo de nuestra vida siempre aparecen, pero es nuestra decisión hacerlos parte de nuestra vida o no.

Hay una historia fantástica que me contaron, y sin ahondar tanto en ello dice así: “Nosotros somos como peces en el agua, maestro es aquel que salió”. ¿Pero a que se refiere?, bueno, ¿Alguna vez haz abierto los ojos en el agua?, ¿Qué fue lo que viste?, exacto, borroso.

Cuando tenemos problemas nos cuesta trabajo enfocarnos en las soluciones por más que deseemos tenerla, nos ahogamos nosotros mismos tratando de solucionar los problemas, que con el tiempo aparecen más seguido. ¿Y qué pasa si tratamos de mirar el agua por fuera y no por dentro? Observaremos todo. Todo será tan claro, todo será mejor porque ya no veremos el problema tan turbio como se veía, sino que lo observaremos como es. Inclusive nos podremos dar el lujo de compararlo con el de los demás y así aprender que lo nuestro no es nada. Nada mientras tenga salud y pueda respirar por mí mismo.

Recuerda que por más revuelto que esté el mar, después de rato se asienta.

Todo tiene solución en esta vida excepto la muerte.